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sábado, 14 de marzo de 2020

Ya no vemos la vida pasar.



Estudié en una escuela pequeñita en la punta de un municipio de un Estadito del país.
Estudié en una escuela pequeñita que se parecía mucho a una burbujita.
Estudié en una escuela pequeñita con sus ceremonias pequeñitas, en una ciudad pequeñita donde nada pasaba.
Crecí en un lugar donde era fácil sólo ver la vida pasar. Dormías con el arrullo del ventilador encendido. Te levantabas sudada a la escuela. Te ponías el uniforme y sólo veías la vida pasar.
Una lluvia torrencial era un acontecimiento importante. Se inundaban siempre las mismas partes de la ciudad. Parecía que nada pasaba, sólo veías la vida pasar.

Una vez faltamos a clases porque unos "globalifóbicos" se iban a asentar fuera de la escuela. No nos iban a hablar de manifestación, de capitalismo ni de explotación. Nos dijeron que no pasaba nada y seguimos viendo la vida pasar. Era el 2001.

Otra vez, un niño en 4to año se intentó tirar del primer piso. Lloré mucho ese día. Pero estudié en una escuela pequeñita y me dijeron que no pasaba nada. Se cambió de escuela y seguimos viendo la vida pasar. Era el 2004.

 En otra ocasión suspendieron clases porque se acercaba un huracán. Era demasiado común para espantarse. Ya te sabías el protocolo. El encierro, las compras de pánico, las tablas en las ventanas, el saqueo, el encierro, el encierro. Nunca pensamos que pasaríamos tanto tiempo en nuestras casas, que saldríamos a ver la ciudad destruida, que nos enteraríamos de muertes cercanas y que por siempre la alfombra del salón de música tendría gotas de sangre. Pero estudié en una escuela chiquita, nos dijeron que no pasaba nada y seguimos viendo la vida pasar.

Luego en la secundaria, plática tras plática y varias conferencias con videos sobre el aborto después...Recuerdo que llevaron a una especialista que dijo que te podías embarazar con líquido preseminal aunque fuera tu primera vez. Una compañera rompió en llanto, no se le pudo consolar. Pero estudié en una escuela pequenita, en una pequeña ciudad donde nos dijeron que no pasaba nada y seguimos viendo la vida pasar. Era el 2007.

Dos años después, a punto de terminar volvimos a faltar. Volvimos al encierro. Dos semanas o tres quizás. Que si la influenza que si te podía matar. Sólo supe de un amigo de un tío que lo llevó al hospital y de ahí no se le vio regresar. Otra vez el encierro, el chisme, el cuchicheo y rumor. Pero estudié en una escuela chiquita, nos dijeron que no pasaba nada y seguimos viendo la vida pasar. Era el 2009.

Hoy, 11 años después, escuelas públicas de por medio y muchos análisis más tarde entiendo. Hoy 11 años después trabajo con niños, trabajo con niñas y sé de mi responsabilidad. Sé que hay cambio cuando paso a sus salones a hablarles del 9M, sé que hay switches que harán click en unos años cuando les hablo de protesta. Sé que algo pasa cuando nadie pregunta y cuando deciden callar. Porque YO estudié en una escuela chiquita, nos dijeron que no pasaba nada y seguimos viendo la vida pasar. Pero ellos estudian en una escuela chiquita, en una gran ciudad, en una coyuntura histórica que no pueden ignorar. Que hacen preguntas, que tienen la información al alcance de sus manos. Que no preguntan antes sino hacen y preguntan después. Que buscan respuestas en mis ojos, en mi lenguaje corporal cuando lanzan las preguntas difíciles. Que tienen más hambre que mi generación y no quieren ver la vida pasar. Y también sé que a mí generación le tocaron otros procesos. Nos tocó gatear antes de caminar. Ser provida antes de radicalizar. Temerle a los globalifóbicos antes de empatizar. Nada de politizar. Estudiamos en una escuela chiquita, en una ciudad pequeña. En la tierra de nadie, donde nada pasaba y veíamos la vida pasar. Pero ya no es así. 11 años después es muy difícil no despertar. He visto gentrificación y politización y marchas. Ya no son tres personas frente a Palacio Municipal en Cancún. Y me pega. Me pega profundo. Pienso cómo hubiera sido mi vida distinta si no me hubieran dejado volar a la "progre" capital. Si las universidades públicas no me hubieran dado arrastradas peores que las olas de mi ciudad. Crecí en Cancún y eso siempre me va a atravesar. Ya no somos las de antes. Qué bueno que ya estamos despiertas, que bueno que ya no sólo vemos la vida pasar.

PD. Me sigue embelezando la manera en que en pocas líneas Lydia Cacho describe a Cancún en el inicio de "Demonios del Edén". La pregunta sigue siendo si esa descripción seguirá vigente. (Por cierto, ya se viene el docu)

Entrelíneas...
Al trabajar con niños y niñas de la ciudad, reconozco que la ciudad pesa y atraviesa distinto. Sé que hay diferencias abismales de mi generación a la suya. El alcance a la información lleva a una directa politización. He visto niñas y niños defender cosas que gente de mi generación sigue sin entender. Estas semanas he trabajado algunas cuestiones de género y protesta con ellas y ellos y ha sido muy fuerte para mí. Trabajar con infancias me ha reabierto heridas pero sobre todo un resentimiento a la educación tan rígidamente católica y desesperadamente apolitizada de mi escuela. Somos adultas y podemos cambiar nuestros destinos. Sin embargo creo que hubiera podido conservar más amistades a pesar de mi radicalización si en mi escuela nos hubieran dado un enfoque más social, pero eso en La Salle nunca iba a pasar. Les dejo por último algunos casos de acoso que se han reportado y que espero no quitemos el dedo del renglón. Salir con alumnas es una práctica común en esa universidad como en todas. Y lo era desde los tiempos de mi mamá. Ella me enseñó a defenderme del acoso y entender que esas formas de ejercer poder constántemente venían de los maestros. No quitemos el dedo del renglón. Nunca más contarán con la comodidad de nuestro silencio.

https://mardefondo.online/mujeres-estudiantes-denuncian-machismo-y-acoso-en-la-salle-de-cancun/

https://laverdadnoticias.com/quintanaroo/Alumnas-acusan-a-escuela-La-Salle-de-Cancun-de-solapar-machismo-20200305-0154.html

https://laverdadnoticias.com/quintanaroo/9M-La-Salle-de-Cancun-encubre-casos-graves-de-acoso-laboral-revela-victima-20200309-0059.html

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