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lunes, 24 de julio de 2017

Primaria Casual 3 o Hoy en "Vida de una Ceci ansiosa presentamos..."

Facebook me mostró una sugerencia de amistad de una chica que me pareció muy familiar pero que de primer momento no pude reconocer. Pasaron un par de días hasta que me cayó el veinte de quién era. Tenía amigos en común de Cancún, todos de mi escuela, así que supuse que también había estudiado ahí. Aunque cuando entré a su perfil no la reconocí inmediatamente por el nombre, fue su foto la que más tarde despertó muchos recuerdos en mí.


Me ha de llevar unos 3 años mínimo. Y la traigo a colación por una anécdota que hoy me causa risa pero que a los 8 años me causó minutos de mucha ansiedad. Si retoman mi entrada sobre la competencia entre mujeres, recordarán que les conté que en mi escuela no existía un ambiente tan amable entre nosotras las mujeres. Un ambiente del que, como les hablé en ese texto, tuve que aprender a la mala a defenderme y demás. La foto de esta chica me hizo reparar en que esas cuestiones se aprenden y los comportamientos se heredan de alguna manera de generación escolar en generación escolar.

Ahora sí, imagínenme de ocho años. Más chaparrita que ahora, más necia todavía y muuuuy pero muuuuy inocentona. Resulta que en mi primaria existían dos pisos y cada uno tenía su respectivo baño. A los 8 años yo estaba en tercero de primaria, el último año de "primaria básica" por lo que todavía me correspondía ir al baño de la planta baja. Ese día crucé todos los pasillos para darme cuenta que estaba cerrado porque lo estaban limpiando.Pregunté y la señora me dijo que se tardaría todavía un ratote. Yo ya estaba que me "hacía pipí" así que se me ocurrió ir al "baño de las grandes" el de primaria alta (4°,5° y 6°) que se encontraba en la planta alta. Pensé: "no me pueden regañar, es una emergencia."

Llegando al pinche baño con la puta puerta más dura del planeta me encontré con una escena muy "interesante pero muy estraña".
Estaban un grupo de alrededor de 10 niñas pintando con sharpies las paredes y las puertas del baño. Yo que siempre fui alumna modelo me quedé pasmada ante la escena del crímen y me tomé 5 segundos para decidir si era más mi miedo o mis ganas de hacer del baño. En eso estaba cuando obviamente las chicas se me quedaron viendo y me comenzaron a preguntar que a qué había ido y si las iba a acusar. Entre nerviosa y cagada de miedo les expliqué que estaban cerrados los baños de abajo y que por mí, ni se preocuparan, que podían continuar con lo que sea que estuvieron haciendo. Yo creo que las saqué de pedo porque me vieron muy nerviosa, así que me preguntaron mi nombre y mi grupo y "muy amables y cero amenazantes" hasta me dejaron pasar a uno de los baños. Ya dentro del baño pude leer algunas de las cosas que habían escrito, todas eran sobre la misma chica. Que si era una tal, que si le gustaba cuál, hasta un par de doodles de la chica como cerdita había. Terminé y salí corriendo del lugar, todavía agradeciéndoles la bondad de dejarme pasar al baño.

Regresé a mi salón y justo cuando ya se me había pasado el nervio de todo lo que había ocurrido, llegó una maestra de sexto a pedir que saliera del salón. Resulta que la chava de quien se habían burlado, vio todo lo que habían hecho y obviamente acuso a las chavas de haber escrito sobre ella y obvio, rayado el baño. Las criminales estas, como último recurso para zafarse, le dijeron a la maestra que yo había entrado al baño cuando ellas estaban y que podía confirmar que "se volaron la clase pero no habían hecho nada más". Yo que de por sí ya sentía que me iban a expulsar por entrar al baño que no me correspondía y tan ansiosa como me conocen no supe qué hacer. Le dije a la maestra que yo no había visto qué estaban haciendo, que yo entré al baño a hacer lo que debía y me fui. Imagínense si eso le habían hecho a esa chica, qué me iban a hacer a mí por soplona. La maestra supongo que entendió mi nerviosismo y jamás me enteré que sucedió. Sí recuerdo que el resto del año, los dos gangs de chicas se estuvieron peleando en público y haciéndose un chingo de cosas las unas a las otras. Supongo que eso contribuyó en cierta parte a mostrarnos a las más pequeñas cómo nos debíamos tratar entre nosotras. (Eso y 10 mil años de sociedad machista, claro.)

Esto en realidad me causa ruido porque reparo que en 12 años de escuela católica, mixta, se vivía un ambiente tan hostil como el que muchas chicas me han contado que se vive en escuelas de puras niñas. No les sé contar todas las parábolas pero sí les puedo decir que aprendí a defenderme verbalmente porque cuando fue mi turno de bullying, mi bully era amante de las palabras y no de los golpes. Y a decir verdad eso del verbal assault era una constante entre niñas. Quizá nunca me tocó ver a dos chicas golpeándose como a otras personas les ha tocado pero sí me tocó escucharlas gritarse en los pasillos, ver sitios web donde se tiraban odio y por supuesto el toque menos elegante de la vida, leer en los baños todo lo "putas" y "zorras" que eran, que somos y que seremos; porque hasta que no aprendamos a convivir entre nosotras desde pequeñas, a eso reducimos nuestras interacciones. Mientras sigamos aceptando que lo más importante es estar con "el niño que nos gusta" y todas las que se le acerquen son "putas", ese es el ambiente en el que vamos a vivir. Porque mientras no sólo sigamos dejando que se nos defina por nuestra manera de vivir nuestra sexualidad, sino que además lo hacemos y promovemos, así va a ser esto. Quizá fue un hecho aislado o quizá todo tiene que ver. Pero yo creo que todas esas pequeñas acciones van alimentando la gran pirámide de violencia y competencia que seguimos contruyendo entre nosotras.

En fin, espero que hoy a sus veintitantos años, esas chicas hayan dejado malos hábitos de competencia y sobre todo, espero que tú a los diecitantos, veintitantos, treintaytantos que lees esto, veas estas anécdotas como algo muuuy lejano en tu vida, como yo deseo verlo hoy. Aquello en lo que de niña me desenvolví y que hoy ya no quiero para mi vida más.

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