¿Amigos o moscas? Esa es la cuestión.

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¿Pueden un hombre heterosexual y una mujer ser amigos?



Hace un par de días hice un comentario en Facebook que cayó como limón en la herida de la masculinidad tóxica de muchos machitos, pero fue bien recidido por la mayoría de las mujeres. ¿Por qué?

No mentía. Hice un recuento de las amistades de hombres heterosexuales que he perdido desde la primaria. Contaría desde el kinder pero la verdad creo que los niños aún no eran agresivos ni tenían en la cabeza toda la mierda que la sociedad les siembra; así que no te tratan diferente en ese entonces. Eres una compañera más de juego, una más del grupo.

¿Qué cambia en la primaria? Yo diría que la consciencia de la diferenciación sexual. La idea de que ellos por allá son niños y una por acá es niña. Y el peso de todo eso que conocemos como género, es decir lo que debo ser, hacer y pensar en caso de ser niña o niño. Y por años, las leyes del género dictan que nos odiemos entre nosotros, porque los niños quieren jugar fútbol y las niñas quieren jugar muñecas. Pero cuando empieza la etapa en la que la orientación sexual puede comenzar a descubrirse, entonces dos mundos que vivieron apartados por años se reencuentran, ahora con kilos de basura en la cabeza sobre el cómo deben relacionarse.

Yo siempre tuve amigos. Tenía un primo de mi edad con el que me llevaba muy cúl y no me era difícil relacionarme con otros hombres. Pero a la larga, descubrí que las únicas amistades de hombres que conservé fueron en su gran mayoría, de hombres homosexuales. Y es que con ellos me siento más segura, más tranquila. Para empezar, cuando una es mujer "despierta"y te das cuenta de la realidad de mierda en la que tienes que vivir por nacer con vulva, encuentras en tus amigos homosexuales un grupo de personas que también viven en una situación de desigualdad. Ahí el primer click. Es más fácil que un amigo gay se meta en tus zapatos y sepa lo que es el "privilegio". A un amigo gay no le tienes que platicar cómo es que las personas te acosen en la calle sólo por ser tú. El segundo click va del sentirte segura, del saber que no te están sexualizando y que la amistad que te ofrecen no es condicionada. ¿A qué me refiero?

Con frecuencia pasa que si un hetero quiere contigo, se hará tu amigo e irá muy a su manera, juntando puntos y méritos para "ganarte". Porque recuerda que están socializados para pensar que tú eres un algo que se gana, como un premio, un objeto. Por eso aunque según la "friendzone" sea un concepto aplicable para hombres y mujeres; es una herramienta de presión y humillación para aquél machito que no te pudo tener. ¿O apoco nunca lo han escuchado? El wey que clama que hizo todo por ti, que te traía de acá para acá, que te dio regalos, y te bajó el cielo y la luna pero que tú eres la mala por nunca ceder. ¿Por qué pasa? Porque su amistad dependía de lo que tu cedieras y porque nunca les enseñaron a aceptar un no.

En la casa mexicana promedio no se enseña lo que es el consentimiento. Porque el hijo es guapo, es chingón y es un conquistador y jamás se le enseña que su "conquista" puede y tiene todo el derecho a decir "NO". ¿Cómo? En una sociedad donde desde las películas de Pedro Infante se romantizaba el acoso, y el wey insistente es ante los ojos de todos un "valiente enamorado" y no un "acosador". Porque un beso forzado y robado nos debería hacer suspirar y no provocar una defensa.

Tengo que confesarles que para una mujer feminista es sumamente difícil establecer amistades con hombres heterosexuales porque están tan socializados que todo les suena a regaño. Explicarles que los piropos, el insistir a mujeres y el clasificarlas por su físico está mal es una plática larga y cansada. Porque es muy difícil y la verdad son muy pocos los hombres que un día deciden leer un poco de feminismo, y que fuera de que el macho interno los haga correr a buscar estadísticas del INEGI para "callarte", traten de ver las cosas desde tu perspectiva. Porque cuando les dices que tienen privilegios, piensan en que estudian en escuela pública, no tienen coche y no les alcanza para mucho; pero no se les ocurre pensar que el privilegio no es económico, es de género.

Cuento con los dedos de mi mano los hombres con los que he podido sostener una conversación sobre privilegio y han entendido que se trata de todas las cosas que ellos pueden, han podido y podrían hacer sin ninguna consecuencia y que yo como mujer no puedo. Y no puedo porque sería juzgada, expuesta y terriblemente tratada. Tania Tagle un día hizo un comentario que llamó mi atención, dijo que en México los Lords son hombres que fallan a los códigos civiles mientras que las Ladys son mujeres que fallan a los códigos morales. ¿Comienzan a cachar de que va el privilegio? ¿Cuántos hombres pueden no sólo ir a un teibol sino que ir a un prostíbulo o simplemente festejar su despedida de novios y no habrá problema? ¿Por qué sí lo hubo con #LadyCoralina o #Ladycuernos? Porque las mujeres no podemos darnos ese lujo, 2017 y seguimos con el estigma de ser castas. Si fuéramos hombres nadie nos juzgaría, nadie nos filmaría y hasta se nos aplaudiría por hacerlo, ¿no?

Una amistad con un hombre hetero socializado siempre será difícil en tanto tenga que escuchar cómo se expresan vulgarmente de otras mujeres y esperen que no les diga nada al respecto. Será difícil cuando me vengan a contar que tal "mala mujer" los friendzoneo y que mientras el tiempo que les gustó era "una diosa" ahora que los rechazó se vuelve "puta". (Porque cojamos o no cojamos, putas nos quedamos).

No se trata de que una se crea buenísima (aunque si sí, ¿qué?) sino que es una experiencia que tantas mujeres han vivido que negarla es de plano ser muy ciego. En la secundaria por ejemplo me pasó tres veces. Perdí tres amigos por decirles que no. Y en mi escuela había una niña (por supuesto juzgada de "puta") porque anduvo con todos los amigos que tuvo. Cuando una chica se atrevió a preguntarle porqués la chica le dijo: "Es que todos son mis amigos y no los quiero perder." Porque ella como todas sabía que pasaba cuando una le decía que no a un supuesto amigo. La última vez que en secundaria batee a un amigo hice un experimento. El día que le dije que no recuerdo que me juró que nada cambiaría, que ante sus ojos yo siempre iba a ser una gran persona y demás. Ese día le dije: "Mira, esto es lo que va a pasar, vas a tener un periodo en el que yo voy a seguir siendo lo máximo para ti, no sé cuánto te dure. Después los demás te van a decir que soy de lo peor por no pelarte cuando según ellos -nadie me quiere como tú-. Al principio quizá no les querrás hacer caso, pero en cuanto me veas feliz o peor aún, con alguien con quien sí quiero estar, me vas a odiar y para ti voy a ser la peor." Me acuerdo que se quedó muy extrañado, pero quería ver si hablando de lo que sabía que iba a pasar las cosas podían cambiar. No fue así. Pasaron un par de meses para que llegara una persona que me dijera que ese amigo pensaba de mi lo peor y que fui una "puta por no pelarlo".

¿Entonces esas dos tenemos? Pelarlos para conservar amigos o no pelarlos y ser putas. Pues amigas, prefiero la segunda, prefiero ser esa a la que le valga cuál calificativo me quieran poner. Hace un par de días hubo un hombre que se atrevió a decirme con sarcasmo que "todos los hombres eran iguales". Creo que no conoce muchos, pero sí a la mayoría. Sin quererlo me recordó al planteamiento de las lesboterroristas. Les mentiría si les digo que soy experta en ese tipo de feminismo pero entiendo que son las que menos energía agotan. Una todavía cree que ciertos hombres están despertando y asumiendo lo que es su privilegio, pero ellas son más prácticas (y más inteligentes) porque de plano plantean que las mujeres no podemos estar con hombres hasta que la sociedad cambie. Ellas no hablan de amigos, como yo, sino de parejas sexo-afectivas. Para ellas es inútil intentar establecer una relación con un hombre donde este no sea un macho y no se vuelva una relación de poder. Ellas dicen, si aquellos no dejan de ser tan machos, bien podemos relacionarnos entre nosotras.

Y si bien aún no me sumo, amigas, créanme que no lo dejo de lado porque entre mares y mares de hombres que he conocido, no deja de decepcionarme su falta de empatía. No deja de asombrarme su indiferencia ante los feminicidios, su manera de minimizar el acoso y la forma en la que me dicen que me "calme" porque me "tomo esto del feminismo muy apecho." Hace un par de meses, me hicieron encabronar y fue en los sabios consejos de un amigo (gay, por supuesto) que pude descansar: "No necesitas esa negatividad en tu vida." Toda la razón. No lo necesito, y la verdad ya me cansé.

Desde entonces me propongo educar a quien tenga la mente abierta, a quien me pregunte del feminismo para informarse y no para querer anular. No necesito amigos hetero que estén como perros esperando a que esté soltera, hablando de mi a mis espaldas, soltando comentarios lascivos cuando yo no estoy. No, ya no. Si he de relacionarme con heteros lo mínimo que sé que estoy en derecho de pedirles son chingos de empatía, y de acompañamiento. Hombres nuevos que entiendan la gravedad de un piropo y lo innecesarios que son sus comentarios sobre el tipo de labial que me queda o las faldas que debo de usar. Hombres que respeten a otras mujeres y que no tenga que regañar. Hombres que no le hagan al "macho" porque saben que es algo caduco, porque saben que eso ya no va y nunca fue. Hombres que como a mí, les asqueen los hombres que tratan a otras mujeres como si fueran menos y por favor, hombres que entiendan lo terrible que es que le digas a una mujer: "Me encantas porque no eres como las demás."


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