El Veneno de la Competencia entre Mujeres

10:08:00

Yo era de esas mujeres que se quejaban de la convivencia entre mujeres. Pensar en una escuela sólo de niñas me daba pavor a los 10 años. ¿Cómo le harán para convivir, si estar entre mujeres es ho-rri-ble?


Toda mi vida estudié en escuelas mixtas pero invariablemente siempre se formaban grupitos de liosas que buscaban hacerle la vida más difícil a los demás.Yo tenía un carácter más tranquilo en un principio, pero después de convivir con 2 o 3 mujeres que me hicieron la vida de cuadritos, me endurecí muy cabrón.

Siempre fui de tener mejores amigos, hombres. En tercero de primaria era un niñito por el que muchas morían. Honestamente no era mi tipo, me daba risa que tuviera tanto appeal. Recuerdo una vez que dos niñas se cachetearon en plena clase por pelearse sobre a quién le hacía más caso. A mí me veían con recelo porque además era mi "compañero de banca". Un día el vaso se les llenó mucho y la gota que lo derramó, ocurrió al volver de unas vacaciones. El morrito en cuestión trajo souvenirs para todos sus amiguitos -el club de Toby, obvio- y como "le sobró uno" según él, tuvo la maravillosa idea de regalármelo por ser su amiga. ARDIÓ TROYA. Para la hora del recreo ya me estaban esperando toda la bolita de fangirls enfurecidas que me torturaron para que les confesara por qué había recibido ese regalito. A los 8 todavía no desarrollaba mi súperpoder de mandar a la gente a la mierda así que a pesar de la agresión me atreví a darles explicaciones. Acabé cediendo ante la presión de grupo y le devolví el pinche regalito al chico que jamás entendió los porqués.





Afortunadamente para mí, al siguiente año el panorama cambió pues conocí a una de mis mejores amigas que hasta la fecha conservo. Pero su llegada no hizo que los grupitos de morritas enfurecidas dejaran de cruzarse en mi vida.



Sucede además que estudié en el área de Audiovisual y Multimedia, lo que automáticamente me otorga un comodín/pase vitalicio para ver cualquier tipo de contenido audiovisual y alegar que se trata de un "análisis académico del contenido". Hace un tiempo, me encontré con varios memes sobre su serie favorita "Acapulco Shore". He de confesar que más chavita vi un poco de la original Jersey Shore. Las vacaciones, se juntaron con el ocio y el morbo y acabé viendo la serie. Sí, completa. Y sí, ya sé que la mayor parte es actuado. Sé que mucha gente se cuelga en el snob de que jamás verían algo tan vulgar. (Sí, yo sé que ustedes son tan cultos que ven de Twin Peaks para arriba). Esa gente que vive en el pasado donde aún era válida la clasificación de High Culture y Pop Culture. Pero también creo poder identificar las partes que se salen de la actuación como tal, o que incluso aunque lo fueran muestran problemas más reales. Necesitaría hablar con algún experto en grupos sociales y roles para hacer un mejor análisis de qué es lo que sucede cuando reúnes en una casa a 8 extraños para beber y coger como si no hubiera un mañana.

Pero también pasa que es el 2017 y tengo 23 años por lo que para este punto he visto más Sodoma y Gomorra en fiestas de mi facultad que en un pinche reality. Yo supongo que les pagan mejor si hay rating. Si dejaran sus prejuicios una horita de su día y leyeran poquito a Guy Debord o de cualquier autor que hable específicamente de la TV; podrían comprender mejor lo interesantes que pueden ser los reality shows, el fenómeno social del vouyerismo y los efectos psicológicos de saber que todo el tiempo estás siendo grabado.

Resulta que casi a la mitad de la serie, los hombres de la casa identificaron roces entre dos chicas y comenzaron a planear para hacerlas enfrentarse. Qué pinche dolor ver eso. ¿Qué fue lo que sucedió a nivel no tan subconsciente? Identificaron la competencia. Se dieron cuenta que debido a la maldita competencia estas dos mujeres habían tenido roces y como si le añadieran un tanque de nitrógeno a la ira, decidieron hacer que el conflicto explotara para que se pelearan. Porque según estos ignorantes, ellos son "muy caballeros" y jamás le pegarían a una mujer. No me alcanzaría la vida para describirles cómo el Machismo y la Misoginia nadan en el show, pero sí creo que a nivel microcosmos se puede analizar y podemos sacar muchas conclusiones. No hay capítulo donde no escupan ignorancia, prejuicios y demás. (Y ni se espanten, porque como mexicanos, también son reflejo de lo que ocurre en muchas esferas de la sociedad).


No los puedo hacer sufrir como a Alex Delarge y hacerlos que la vean (porque no todos gozan de las celebridades nacas, como yo lo hago), pero sí puedo invitarlos a que se aventuren entre los miles de videos de recopilación de youtube para buscar referencias sobre lo que les comento. En varios momentos las chicas entran incluso en agresiones físicas motivadas por estos chicos y por las otras chicas de la casa. Me quedaba atónita al darme cuenta que ni siquiera sabían por qué estaban peleando. No respondían otra cosa más que se odiaban, pero nunca entendían por qué. Bien triste. No importa qué "episodio" vean, podrán encontrar muestras de las interacciones dañinas entre mujeres todo el tiempo.



No es la primera vez que hablo de la Competencia. No es la primera vez que describo cómo desde antes de nacer ya existen expectativas sobre las mujeres que van más allá de si nos llamaremos de una u otra forma. No se nos exige fuerza, ni valentía ni liderazgo. Se nos exige belleza, prudencia, obediencia y "bajita la mano"(NOT), sometimiento.

Chingos de veces he escuchado a mis amigos cuestionar por qué la relación entre dos mujeres es taaan difícil. Pues porque así se nos programó. Dos hombres se pueden pelear y arreglarse con tres palmadas (porque así está construida su msculinidad). Dos mujeres se pelean y pueden dejar de hablarse por el resto de sus vidas. Y hay gente que insiste que tiene que ver con que los primeros nacieron con pene y las segundas con vagina. Hace falta ser muy ingenuo para creer eso. Por supuesto que eso va a determinar algo cuando el tener vagina viene con toda una carga social que pareciera Manual de Uso.

Y sí amigas. Está cabrón convivir cuando nos inyectaron la misoginia en las venas desde antes de nacer. Está cabrón hacerlo consciente y está todavía más cabrón actuar en contra de esa corriente. Pero más cabrón y más triste está que no podemos avanzar tan rápido como otras comunidades que viven en desigualdad porque ni siquiera entre nosotras podemos ponernos de acuerdo y vivir en paz. Un machito una vez me dijo: "Está culero el machismo, pero...¿cómo pueden luchar contra él cuando se dedican a tirarse mierda entre ustedes?" Y suena terrible que se deslindara de la responsabilidad, pero creo que tiene, dentro de su idiota discurso, algo de verdad. Y no, no se trata de decir que sólo las mujeres son responsables de esta competencia, sino de trabajar en la toma de consciencia para deshacernos de los lastres que hacen que nos tratemos entre nosotras de la manera en que nos tratamos.

Sería muy difícil hablar del origen de la competencia entre mujeres, pero si leemos a feministas como Adrienne Rich cuando habla de la "obligación heterosexual", nos damos una idea mucho más clara de sus bases. La "Obligación Heterosexual" es un concepto que necesita de mucho análisis pero en pocas palabras relata la manera en que desde pequeñas, nos enseñan que no existe otra opción afectiva e incluso erótica para nosotras que los hombres. Esto por supuesto no es un acto inocente, y lo vemos en canciones, películas y practicamente en todo. Nos es enseñado para que el motor de nuestra vida sea buscar el acercamiento a los hombres; esto vuelve más sencilla su labor de "apropiarse" de nosotros. (De nuevo, otro concepto que requiere examinación más detallada). Las mujeres somos vistas como "seres" que sólo estamos esperando a que nos "apropien"; a que llegue el hombre, porque obviamente es nuestro único ideal y siempre estamos disponibles para ellos. Se nos enseña a competir entre nosotras por la atención de los hombres e incluso, Rich señala que la primer enemiga que se nos inculca es nuestra propia madre. La figura de la madre que reproduce las reglas machistas del padre y nos enseña la competencia y cómo es la relación entre mujeres. Luego entonces, si tenemos conflicto con la primer mujer que conocemos, ¿cómo esperamos poder relacionarnos con las demás? No se podría, ese es el fin. Vivir en una eterna enemistad, aún cuando vivimos cosas similares, somos de la misma clase de género y hemos sido educadas de la misma manera dañina. Parece que acabamos de nacer y en cuanto aprendemos a hablar se nos dice "Bienvenida al SER MUJER, todas nos odiamos y vivirás en eterna desigualdad, sigue participando."

Nunca más les querré pegar con el látigo de mi Feministómetro pero es una invitación abierta a comenzar a relacionarse con otras mujeres en el amor. Amor entre madre-hija, hermanas, amigas, e incluso pareja, aquellas cuya orientación expresan.

Participamos de esta competencia cuando soltamos comentarios en contra de otras mujeres:
"Uy no, es que esa es bien zorra", "esa falda se le ve horrible, ¿cómo se atreve?", entre otros más horrendos. Participamos de la competencia cuando aceptamos que entre mujeres no podemos llevarnos bien. Participamos cuando expresamos que preferimos "tener amigos hombres porque son menos complicados que las mujeres". No, no es así. No debiera ser así. O cuando dicen que "las feministas nos victimizamos", porque es la competencia y la falta de empatía entre nosotras la que habla, no ustedes. No es posible que ante una denuncia de acoso o violación, en vez de apoyarnos, la primera intención sea dudar de nosotras. Son ustedes reproduciendo los discursos de misoginia. ¿O no se les hace extraño cuando expresan un comentario de odio a las feministas, o a las mujeres en general y sólo los hombres las aplauden? ¿No les parece un foco rojo?

Lo ideal sería un mundo donde las mujeres no compitan entre sí y los hombres tampoco incentiven esta competencia. Qué triste cuando un "amigo" te dice: "Eres más bonita que X o Y". Parece un cumplido inocente pero quizá sin querer, están fomentando una competencia que nadie pidió y de la que muchas nos estamos tratando de zafar. No soy más bonita ni menos bonita que nadie. Y en dado caso, no es una opinión que se le haya pedido a alguien.

Todos estos prejuicios se miran en el espejo. En el espejo de cualquier baño de mujeres. Es tan nefasto como se imaginan. Hay competencias silenciosas de quién se ve mejor, quién tiene mejor el cabello, quién trae la ropa más bonita; y sólo porque "ya somos adultas" que si no, recurriríamos a la muestra más clara de competencia entre mujeres en la niñez: mostrarnos la lengua.



Dijo alguna vez sabiamente Marcela Lagarde: "¿Qué sería de las mujeres sin el amor y el apoyo de las mujeres?" Nada. No podemos "salir del hoyo" si nos tiramos piedras entre nosotras.

Empecé a darle vuelta a estos pensamientos hace un par de años y comencé a plantearme una estrategia quizá algo simple para combatir la competencia.

Siempre que llego a una nueva comunidad observo a las mujeres. Y procedo a bajar mi ego. Ese ego que me dice "Yo no tengo por qué caerle bien a nadie". Hago un intento real por llevarme con esas mujeres, tratar de saludarlas, algo tan simple como una sonrisa ayuda a ir derribando barreras.  Quizá no hay maneras tan obvias de mostrarle que nos podemos ayudar pero en el camino irán surgiendo. TODAS conocemos estas maneras. Desde prestar una liga para el cabello, regalar toallas y tampones hasta el simple hecho de avisarle que se le subió la falda, se manchó, etc. Y es que nos han enseñado a hacer cumplidos con saña. Regalar un "te ves bonita", mientras pensamos algo diferente. O lo que más odio: esos dizque cumplidos que se dicen con coraje, como haciéndote sentir culpable de alguna cualidad: "Osh, estás bien buena." Claro, que además estamos acostumbradas a darnos cumplidos que sólo hablan de nuestra apariencia, porque se nos ha enseñado que debe ser nuestra prioridad. Otra manera de romper con ese sistema de género es dejar de lado las prioridades impuestas y enfocarnos en regalarnos cumplidos relacionados que nuestra labor, personalidad, intelecto, etc.

Ahora bien, existen algunas mujeres que no han tenido el privilegio de una formación feminista y que siguen viviendo en esquemas machistas de competencia. Mi estrategia cuando una mujer abiertamente quiere competir conmigo, es servir de contrapeso. Para una competencia se necesita de 2 personas participando, y una no debe permitirlo. Recibes groserías, contesta con amabilidades. Yo sé que es muy difícil, se los digo incluso desde mi carácter fuertísimo e intolerante ante los malos tratos. Pero lo que hay detrás debe servirnos de combustible. La situación es crear mejores relaciones entre mujeres. Ahora bien, si es imposible y la mujer en cuestión no tiene apertura para modificar su comportamiento, la sugerencia será alejarse e ignorar. Suena pasivo pero es una manera de resistir la competencia de una persona que la tiene introyectada en las venas. No juzguemos a la mujer en cuestión que no puede dejar de competir entre nosotras, juzguemos los esquemas en que fue criada y educada que la hacen actuar así.


La realidad es que estrategias hay muchas, pero el punto es seguir intentando. Afortunadamente no veo un panorama tan sombrío. He conocido tantas mujeres que están curadas de machismo y que al unir sus estrategias con las mías, logramos relaciones increíbles. (Claro que no porque unas cuantas lo logremos se acaba el problema, pero es un microcosmos de lo que se logra cuando hay interés de ambas partes).

Quiero vivir en una convivencia entre mujeres en la que no nos clasifiquemos por putas y zorras, dónde los hombres no sean el centro de nuestras conversaciones (ni de nuestras vidas); donde si nos gusta el mismo tipo, no haya mayor problema del que tienen los hombres cuando les sucede; donde el apapacho, el comentario lindo, el apoyo, la sororidad y el cariño entre todas sea siempre el medio y el fin.

No es el mejor momento para citar a la feminista Chimamanda Ngozi, pero recupero el fragmento más popular de su discurso (gracias a "Flawless" de Queen B y con mi muy humilde traducción), que toca con elocuencia la base de la competencia entre mujeres:

"Porque soy mujer, se espera que yo aspire al matrimonio. Se espera que tome mis decisiones de vida siempre teniendo en mente que el matrimonio es lo más importante.El matrimonio puede ser una fuente de alegría, amor y apoyo mutuo, ¿pero, por qué le enseñamos a las niñas a aspirar al matrimonio, y no le enseñamos lo mismo a los niños?
Criamos a las niñas para que se vean las unas a otras como competidoras -no por trabajos ni logros, lo cuál creo que puede ser algo bueno, pero por la atención de los hombres."

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