Del amor heterosexual y otras desventuras

10:46:00

Cuando era una adolescente, mi mamá me contó una frase que me hizo mucho daño. Esta frase tan significante le había sido transmitida por una tía de ella que, según contaba, era muy mística y espiritual; es por ello que mi mamá depositaba tanta confianza tanto en la frase como en su tía.

Habíamos estado hablando de algunas experiencias amorosas propias y de otras mujeres, recuerdo que me miró con complicidad y dijo: "A los hombres se les educa 2 veces. La primera los maleduca la mamá, la segunda los re-educa la esposa". 

Luego elaboró, la frase iba sobre lo machitos y flojos que podían ser los hombres criados así desde la casa y la labor que tenían que hacer las mujeres cuando recién se iban a vivir con ellos para enseñarles a ser "más atentos" o algo por el estilo. De chavita no me resonó, no le encontré ningún significado y supongo que seguí leyendo mis revistas de morrillas y maleducándome con mis chick flicks. Diez años después de eso, me resuena con una culpa bárbara.

Me pregunto para empezar desde qué generación se vendrá arrastrando esa frase, de la tía de mi mamá hasta mí ya van tres. Me pesa también el imaginar a mi tía abuela tratando de re-educar a su esposo, un macho militar que hasta eso tuvo fama de ser muy "afable". Y luego me peso yo, porque miro hacia atrás expiando de toda culpa a mi madre y a su tía que también fueron aleccionadas como yo en esa pesadilla que llamamos el amor romántico. Miro atrás y me veo a mí en distintas etapas de mi vida significándola a partir de esta poderosa frase. Conociendo vatos y explicándoles cómo me gusta que me traten, me quieran y demás. Luego vuelvo a mirar atrás una vez más y veo todas las historias de mis tías, amigas y demás mujeres que se han cruzado por mi camino. Mi abuela convenciendo a mi abuelo de que la dejara trabajar, mis amigas calmando las escenas de celos de sus novios, echándose un clavado en relaciones "abiertas" con weyes que en realidad piden y exigen igual que un novio pero lo que buscan es no tener que dar igual.

Y qué fuerte es. Qué pesado también. Qué lío representa para las mujeres que adentrarnos en una relación amorosa signifique desde un principio una labor pedagógica. (Además de la emocional y la sexual). Qué lío que el amor para nosotras tuviera que representar trabajo.

Fuente: https://www.facebook.com/festivalartesfeministas/photos/a.1418824748423373.1073741829.1417248335247681/1801510443488133/?type=3&theater

Luego nos metemos en un lío mayor quienes nos asumimos feministas. Porque al menos yo antes de serlo pensaba: "¿en qué cosas debo re-educar a mi pareja? Bueno, simplemente enseñarle a respetarme y ya. " Pero como feminista entras en una verdadera encrucijada pues cada que conoces a un wey "tendrías" que re-educarlo en feminismo. Porque ya te estás deconstruyendo, porque dices, "ya no creo en el amor romántico" porque quieres dejar atrás todas esas formas en las que te relacionabas antes y que ahora entiendes como tóxicas y desventajosas para ti. Alguna vez leí en cierto rincón del internet: "Las feministas no tenemos descanso. Dejamos de buscar al príncipe azul pero ahora queremos al aliado feminista." Enseñarle desde cero, y además buscar construir con él una relación no fundamentada en el amor romántico. Más trabajo todavía.

Una puede aventurarse en largas relaciones heterosexuales y "por amor" aventarse el lío de deconstruir al muchacho en cuestión. Y crees que todo va bien hasta que un día llega una frase, una acción, una mirada, hasta el más mínimo gesto que te recuerda que no. Que el hombre deconstruido que tu creías es otra trampa de tu idealización. Y dices "claaaaaaro, me ha atrapado de nuevo el amor heterosexual". Pero te perdonas. ¿Cómo no hacerlo? Si desde antes de que nacieras ya estaba trazada tu búsqueda. Si desde antes que nacieras alguien ya esperaba que tú:

a) Encontraras un hombre
b) Te casaras
c) Tuvieras hijxs
d) Todas las anteriores

Y una puede decir misa. Pero lo cierto es que desde que nacemos nos venden tan bien el amor romántico que cómo no quererlo comprar. ¿Incondicionalidad y acompañamiento? Claro que lo compras. Y que el amor todo lo puede y que todo se debe poder por el amor. Bueno, un paquetote de mitos que nos dejamos vender bajo la promesa que cuando lo tengamos todo se sentirá bien. Luego entonces cuando ya compramos el producto y no es lo que se nos prometió nos encontramos bien atrapadas, bien en el hoyo y sólo nos queda recoger los pedacitos y acurrucarnos con nuestros textos de amor heterosexual que bien que nos los advirtieron.

Pero te cansas. Y para muestra un botón. El otro día platicaba con una amiga sobre estos temas. Ella se asume feminista y por lo tanto también ha experimentado el acoso de muchos machitos por asumirse así en espacios como la escuela, el trabajo y hasta el mismo internet. Me platicaba que a su vez tenía un amigo, uno nuevo. Este amigo tenía planes de no siempre serlo, if you know what I mean. Entre pláticas con él resultó que era muy amigo de muchos weyes que la habían hostigado por asumirse feminista. Ella por supuesto no se quedó callada y se lo comentó, y aunque él reprobó las conductas de sus amigos todavía se apresuró a decirle "No te preocupes, tú puedes seguir siendo mi amiga aunque pienses así. Ellos siempre han tenido problemas con chicas así, pero yo te acepto con todo y tus ideas."

¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? Cuando me platicó nos morimos de risa. Porque no pudimos evitar ver mil cosas en su discurso. Bastaron 2 oraciones con 29 palabras para que solito se hundiera. Para empezar la condescendencia. Me sonó mucho a este rollo que se traen los homofóbicos cuando un amigo sale del clóset y les dicen "Yo te quiero aunque seas...así". Como si tuvieran que agradecérselos, como si les hicieran un favor por respetarlos y quererlos, como si la orientación sexual recién revelada se los hiciera más difícil. Ahora resultaba que mi amiga se tenía que chutar el "Yo te acepto aunque seas así...toda feminista." No le pesaba que sus amigos fueran agresores, sino le preocupaba ella y "sus ideas locas".

Y entonces entendimos. Entendimos que el feminismo ya nunca más nos iba a dejar caer, y que nosotras tampoco lo haríamos. Que sí, el pacto entre varones es difícil de romper, pero que si en daaaado caso que quisiéramos relacionarnos con un hombre de manera seria no lo haríamos con tibios. Porque ya estamos hasta la madre. Hasta la madre de este cuento de supuestos aliados que con nosotras apoyan pero en cuanto regresan a sus círculos con otros hombres creen que está bien hablar guarradas de mujeres, compartirse porno en sus grupos de whatsapp... Que no basta su supuesto apoyo cuando reprueban las conductas de sus amigos. No basta que digan "ay, qué machos que son", pero no los detengan cuando hablan así de las mujeres y no basta con que se salgan de esos grupos de whatsapp. No necesitamos ese tipo de apoyo tibio. Ya no vamos a vivir esperando al príncipe convertido en aliado feminista que llegue en su corcel rojo a rescatarnos. Ya no vamos a comprar la idea del amor romántico de que estamos incompletas y necesitamos a un wey que venga a completarnos, a "decirnos cositas bonitas" y por detrás convivir como macho. Ya vamos a buscar el amor que sabemos que merecemos.Vamos a buscarlo en los lugares correctos, en nosotras mismas, en la amistad, en las experiencias en el cuidar nuestros afectos y que ya nunca más vamos a aceptar menos de lo que merecemos.

Pero igual no me crean, no me hagan mucho caso si lo que les digo no les resuena en este momento. Eso sí, no dejen de ver este video que compartió una compañera feminista que se expresó perfecto sobre la heterosexualidad como prática política y su reflejo en la vida personal. Ese sí no lo dejen de ver y escuchar.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts