De Shakira, Disney, Maluma, George Orwell y el reggaetón.

12:11:00

 Estamos expuestos a muchísima producción de "cultura". Diario podemos esuchar una canción nueva, ver una película que no habíamos visto, conocer una obra de la que no habíamos escuchado, en fin es un consumir y consumir de productos que en cierto punto dejamos de digerir para sólo engullir. ¿Cómo lo paramos o en qué punto nos damos cuenta?


For instance, empezaré con las canciones de amor. Las canciones de amor que escuché en los 90's y principios del 2000 me pasaron a chingar. Si ustedes me leen desde su millenial asiento, sabrán de lo que hablo. Si no, de todas maneras procederé a elaborar. 
 Toda persona que me conoce sabe que mi ídola forever será Shakira. ¿Me quieren poner de buenas? Pongan Pies Descalzos a todo volumen y déjenlo tocar hasta acabarse. Mucha gente odia a Shakira con el poser argumento de "ya no es lo que era antes". Pues bueno amixes, yo no sé que creían que Shakira era antes pero no es como que antes cantara muy finas letras. Sí yo sé que hay mucha distancia de "Tu mordiste la manzana, y renunciaste al paraíso, y condenaste a una serpiente, siendo tú el que así lo quiso" a "Chiquito dame un pico chico en el hocico rico". Pero también Shakira se mamaba desde ese entonces en "No Creo" con su "No creo en Venus ni Marte, no creo en Carlos Marx. No creo en Jean Paul Sartre, no creo en Brian Weiss. Sólo creo en tu sonrisa azul y en tu mirada de cristal." Esta es la línea que más comezón me causa pero no es la única. Básicamente la canción habla sobre una mujer que cree ciegamente en su pareja, de manera dogmática. "No creo en mí todavía...sólo tú doblas mi razón y por eso a dónde tu quieras voy", pero canta en cada coro, que cree en su pareja.
 Así que de primer momento, vámonos calmando.

Shakira, con todo el dolor de mi corazón, me hizo pensar que era cúl y hasta deseable que te hicieran sufir y que el mundo se acabara por el wey en cuestión. Una vez declaró que escribió "Antología" los 17 años; y no es de extrañarse para nada. A los 17 todavía amas con ojos de Disney. Crees que tu "crush" no tiene defectos y estás enamorada de la idea que tienes de la persona y no de la persona en sí. Por supuesto que a los 17 años, para amar a alguien no vas a necesitar una razón, como dice su canción. Te gusta y ya. Pero cuántas veces no me pasó a los 17 que me gustaba un wey y cuando lo conocía descubría que era más entretenido hablarle a la pared. Sin embargo, hay algo que me caga más sobre esta canción, y es el hecho de sirve para reforzarle a las morritas quinceañeras, esta idea de "Todos están en contra de tu amor, son tú y él contra el mundo. Tus papás, amigos y demás no saben de lo que hablan. Él es lo mejor para ti". O, ¿ a qué les suena "Me enseñaste a decir mentiras piadosas, para poder verte a horas no adecuadas"?

Con todo, esa canción no me causa tanto problema como la de "Que me quedes tú". En la que prácticamente dice que el mundo se vaya a la mierda, pero que el wey no se vaya. "Que contaminen todo el agua del planeta o que renuncien los filantropos y sabios. Y que se muera hoy hasta el último poeta, pero que me quedes tú." (Igual y por eso diosito nos castigó y nos mandó los poetuits y los poemojis.) Y eso que ya era de Laundry Service. Shakira adentránonos al siglo XXI con rollos dependientes en el amorsss, bien ahí.
  Luego llegan los pendejos de La Oreja de Van Gogh a enseñarme a esperar como pendeja con la carita empapada que lleguen con rosas, mil rosas para mí. Con trabajos y tu morrx llega puntual, bañadx, perfumadx y listx para regalarte un tiempo bonito, pero ahhhh no, a mí me enseñaron que estx cabrón/a debe llegar además con unas putas rosas porque ya sabe que me encantan esas cosas. Porque en un diabólico momento, la sociedad me enseñó que ME ENCANTAN ESAS COSAS, que no importa si es muy tonto SOY así. Y obvio yo aprendí a ser así con ayuda de esa pinche canción y el millón de películas hollywoodenses que muestran que el amor sólo se demuestra con detalles. El detallito está lindo y todo pero nos quejamos de los estándares de belleza que nos imponen como mujeres y ellos sí que se chinguen con los estándares de "detallismo" que les dejamos caer como gordo en tobogan.

La cosa no se acaba ahí. Y eso que sólo me estoy llendo con el pop en español, porque don't even make me talk about my Riri, que todavía que se la habían madreado saca su "Nobody's Business" con nadie más ni nadie menos que Chris Brown. Así como diciéndole a todos, pues sí, me madrearon pero muy mi pedo si me gusta. Normalizando, en mi opinión, la violencia en la pareja. Y nos es la primera vez que lo hacía. ¿O qué ya no se acuerdan de la letra y video de "Love The Way You Lie".? Todo mal.

Además, si tuvieron papás ochenteros y setenteros les tocó chutarse mil canciones de doñas. Qué rollo me dan Amanda Miguel, Daniela Romo y compañía con sus mensajes de "pégame pero no me dejes". La ñora toda encabronada cantando "De mí enamórate" cuando relájese un chingo, ¿cómo está eso de "Desde que te vi mi identidad perdí"? (Y sí, ya sé que es de Juanga, pero hablo por muchos cuando digo que a nuestras madres ochenteras les pegaba con Daniela Romo). Luego los Pimpinela discutiendo que Esa le lave la ropa y demás cuando a la primera infidelidad lo debió mandar directito y sin escalas a la mierda. Porque en el imaginario ochentero mexicano, había cabida para el amor abnegado y para el soportar infidelidades todo el tiempo. Apenas y hay algunas canciones que tienen tintes de cordura. Qué alivio me causa "Así No te Amará Jamás" cuando dice "Tal vez yo deba respetarme y no rogarte más". Bueno, ya vamos entendiendo. Aunqué aún así, ¿qué acaso el y la mexicana promedio no saben amar sin sufrir?

Y por si las canciones se les hacen poco, dejen empiezo con las películas. Hace poco me encontré de nuevo con un artículo titulado "La princesa que más te gusta te dice el desorden mental que padeces" y sí, es tan pretencioso como el título lo sugiere. No era la primera vez que me encontraba con ese artículo, hace varios años lo había leído en tumblr en su idioma original; y aunque esta versión está más manoseada que cualquier frase de teléfono descompuesto, aún rescata la idea original. Y obvio, no está basado en un estudio serio, pero sirve para verlo a la luz de nuestro criterio. Mi princesa favorita desde siempre ha sido Bella. Jamás me gustó la vida provincial que Cancún me ofrecía (sorry, not sorry). Emocionarme y hacer filas enormes porque abrieron un boliche o una pista de hielo no era muy lo mío. Tampoco me encantaba querer salir en fin de semana para olvidarme de muchxs idiotas de mi escuela y encontrármelos en cualquiera de las 3 plazas existentes. Pero ahí no acaba mi drama. El artículo expresa lo siguiente de Bella:

"La Destructora. El ideal exacto de aquella mujer que, con dulzura, delicadeza, educación, pero sobre todo dedicación, puede transformar el temperamento del hombre a quien ella encuentra intrigante, aunque sumamente violento. No importa lo malo que sea, se aferra a la idea de que algo bueno puede resultar. Tu trastorno no permite que veas oportunidades en otro lado más que en ese destructivo al que pareces atada." 


La primera vez que lo leí, I called bullshit on it. Pero la verdad comenzó a calar más y más, hasta que me lo empecé a cuestionar. No sólo me encantan los hombres mamones sino que siempre me encuentro atraída a los enojones. Real me pica en el ego esta cuestión de "es mamón con todos menos conmigo". Y desde que tengo consciencia, siempre he sido de: ¿Qué veo? Un hombre antisocial, al que le caga toda la gente (como a mí) y que además es neurótico? Mmmmmm, ven a mí.




 ¿Al final qué es lo que me dejó todo? Muchas lagunas mentales sobre lo que realmente es el "amor", una "relación" y la "vida en pareja". Y es que es muy difícil vivir con sentido crítico todo el tiempo. Hay cosas que escuchamos y vemos , pero no sabemos a nivel inconsciente cómo las estamos percibiendo. ¿Cómo poder identificar todo el tiempo cuando hay algo que de verdad queremos, o cuando es algo que nos enseñaron que debíamos querer?

Y todo esto viene al caso para tocar la discusión del momento. La canción de "Cuatro Babys" de Maluma. Antes de que se monten en su pose, déjenme decirles que a mí sí me gusta el reggaetón. Y a veces no me gusta, me ENCANTA. ¿Y cómo no me va a gustar cuando en el 2008 todavía estaba en la secundaria, yendo a XV años donde lo único que sonaba era reggatón? Ya estábamos hasta condicionados a levantarnos a bailar en el momento en que ponían "Ven Baílalo" o "Pásame la Botella"

Ahora se ha desatado una discusión porque muchas feministas exigen se retire la susodicha canción de Maluma. Hoy por primera vez alcancé a leer un artículo de Andrea Ocampo en el que opina lo contrario, porque supone que quitarla incentivará más que se escuche, entre otras razones que plantea. Y es que todo este asunto es más complicado de lo que parece.

La realidad es que en algún momento dejé de escuchar reggaetón porque sentí que las letras se ponían cada vez más densas y misóginas. Pero también existen canciones que por más horrendas que sean se me pegan y no hay acto humano que pueda realizar para detener este proceso. Últimamente el reggaetón ha tenido un boom de regreso y creo que en parte es porque las letras ya se han calmado de nuevo. Ya son bobadas que cantan sobre fiestas y ligue, pero ¿hasta dónde se pierde el límite entre lo correcto y lo obsceno?

Yo creo que la persona más inteligente del mundo podría escuchar reggaetón. La cuestión es saber que hay letras totalmente misóginas que identificamos, pero no debemos dejar que permeen en nuestro estilo de vida. Hasta la letra más terrible puede ser escuchada si se le expone a una persona con criterio. Además, mencionaba Andrea Ocampo, "¿Es tarea de la música educar sobre la sexualidad, sobre el feminismo, sobre cómo desear? ¿Es tarea de la música enseñar algo?" Quizá no, pero sí es tarea de los que la escuchamos, saber de dónde proviene esta música. Tal y como cuando leemos una novela e investigamos sobre su autor, nos podemos dar una idea de por qué pensaba lo que pensaba en su tiempo y contexto; también podemos investigar a los artistas que generan estas letras para saber qué cosas podemos esperar de ellos. Yo lo analizo desde el criterio personal, pero Andrea Ocampo lo ve desde la moral cuando dice:

"¿Qué autoridad tiene la moral feminista en el reggaetón? Ninguna: la moral (feminista o no) no tiene nada que ver con la música, la moral es personal. Y así como lo personal es político, la música también puede serlo cuando la leemos en su contexto real; no cuando se toma un índice y se le arranca de su subtexto original. Maluma tiene muchas cosas por aprender, sin duda, pero nosotrxs, lxs que escribimos y lxs que perreamos sus canciones también." 

Besides, es de muchxs sabido que Maluma "el hombre" y no "el personaje que canta reggaetón" es de hecho homosexual. Ni siquiera sabemos si la persona detrás del personaje suscribiría todas las ideas que canta.


Hace unos meses también hubo mucha polémica con el video de Gerardo Carrillo (un cantante de banda, creo) que incitaba al feminicidio. ¿Pero qué le podemos pedir a los cantantes de banda cuando muchos de ellos viven en el contexto que cantan? Me recuerda muchísimo al libro de 1984. (Ya sé, me quedé traumada, y aún no lo suelto.) Orwell hace mucho énfasis en que los miembros del partido (la clase más alta) son los que generan toda la música y películas para el proletariado, que es la clase más baja. "Para los proles, el duro trabajo físico, el cuidado del hogar y de los hijos, las mezquinas peleas entre vecinos, el cine, el fútbol, la cerveza y sobre todo, el juego llenaban su horizonte mental". Y es precisamente la discusión de Andrea quiere sostener en su artículo, hay música para todos los horizontes mentales. No le puedes pedir a un cantante de banda que hable sobre contextos que no ha vivido. Habla sobre amor, robarse a la novia, mentar madres a la gente con la que tiene bronca, etc. Tampoco le puedes pedir a un reggaetonero que te hable de otro estilo de vida que no sea coger y tomar. Y la canción de Maluma, que nos deja claro que está delimitada en el Trap va dirigida a un grupo específico de la población, que la va a recibir y entender dentro de su contexto, sobre el Trap indica:
 "No sólo habla de cómo un hombre eyacula en la boca de una mujer, sino que también de armas, revanchas, drogas, billetes, de cómo vas a desaparecer a otro que se adueñó de la calle o de quien simplemente habló mal de ti. Es música de matones o de quienes quieren parecerlo. El trap hereda hoy en día la cultura gangsta que antes radicaba en el rap, pero lo hace pasar por máquinas, le pone bling bling y le suma las antiguas tiraderas del reggaetón."
No le pidamos peras al olmo. ¿Qué esperaban de esa canción? Dejemos de pedirle sonatas a los reggaetoneros y Odas a los gruperos.

La invitación es a recibir todo lo que el mundo de la música, el cine y demás nos da con CRITERIO. No existen blancos y negros. Y no todo en el regaaetón es misógino. ¿Qué hay de estas canciones que hablan de mujeres empoderadas?
"Candy", que habla de una chica que vive su sexualidad libremente. O "Na De Na" (viejísima) que hablaba de una mujer que decía "NO" y su consentimiento era respetado. El reggaetón de hoy no se ha reivindicado, y sería demasiado pedirle que lo hiciera. Todavía nos encontramos con pendejadas como "El Picky Picky", que cantamos u odiamos por ser pegajosas, pero que no entendemos que habla de los pendejos del antro a quienes no te puedes quitar de encima y no entienden un "NO" como respuesta.

 Lo importante es que nos sigamos quejando. Cómo olvidar el rollo que hubo con "Blurred Lines" y la más que perfecta contestación de unas feministas con su video "Defined Lines".
Jamás desacreditaría la denuncia que hizo originalmente activista española Yolanda Domínguez en El Huffington Post, ni mucho menos la petición en Change.Org originada por Laura Pérez Sánches, porque hoy en día puedo decir que mi feminismo ha madurado y ahora entiendo mejor que no existe "El Feminismo" sino "Los Feminismos" y existen muchas maneras de percibir y de responder ante el machismo de la sociedad, pero puedo decir que comparto la opinión de quienes creen que censurar una cacnicón no resuelve el problema. Censurar una canción no sana el machismo de toda una sociedad enferma.

La invitación es a recibir todo lo que el mundo de la música, el cine y demás nos da con CRITERIO. No existen blancos y negros. Y no existen malos ni buenos, todo dependerá de cómo lo percibimos. Me despido no sin antes recordarles que usé a George Orwell en el mismo texto donde hablo sobre Shakira, Disney y Maluma, para todos ustedes posones high culture, que sé que tanto les arde.

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